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El Rastro de la Historia. NÚMERO TRECE

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Dicen que si los mexicanos descienden de los aztecas, y los peruanos descienden de los incas, los argentinos descienden de los barcos. El chascarrillo subraya el hecho cierto de que la República Argentina es de las más europeas entre las naciones de Iberoamérica. Y acaso sea, de los países hermanos, aquél en el que el espíritu de la Falange ha dejado huella más duradera.

Trata este texto de los comienzos de la Falange en Argentina, y corresponde a un estudio de Francisco Blanco sobre el Servicio Exterior de la Falange.

LA FALANGE EN LA REPÚBLICA ARGENTINA

 

José Ruiz Bravo, Antonio Rovira y algún otro fundaron en la primavera del 36 un embrión pro-falangista en Argentina. De finales de Junio o primeros de Agosto data la fundación de la Falange, sin intervención directa de la organización española. Las noticias al respecto indican un estado de opinión, en determinados elementos de la colonia española, favorables a las nuevas tedencias políticas surgidas en España. De aquella nación se habían recibido con bastante anterioridad fondos para sufragar la publicación jonsista La Conquista del Estado, según informaba el jonsista José Ignacio Ramos (1).

Se había iniciado una etapa en el 1936 que concluiría con la desaparición del Servicio Exterior en 1945. Sujeta a momentos de pujanza, de desaparición y de ocultamiento. Ese tramo de tiempo presenció distintos responsables al frente de la Jefatura falangista, desempeñada por Nicolás Quintana, Juan Martín Cotano, Rafael Duyos , Pedro Ara y José Ignacio Ramos (2).

La situación de la Falange argentina en relación con los poderes de esa República se vio sujeta al variado componente ideológico de los detentadores del poder público. Se mantuvo excelente apoyo en políticos de marcado signo autoritario y hubo problemas serios con otros vinculados a opciones políticas distintas que, siguiendo una costumbre harto frecuente en aquellas repúblicas de Hispanoamérica, propondrían medidas restrictivas contra agrupaciones "nazi-fascistas".

A raíz de la Unificación, el Secretariado Político de la FET tomaba las riendas del núcleo argentino que se convertía en agrupación política única del bando nacional lo que provocaba tensiones con miembros de Acción Española y de Tradicionalistas que se negaban a disolver sus respectivas agrupaciones políticas. La nueva organización movía a algunos de los antiguos cabecillas falangistas a solicitar su confirmación, intercediendo ante el nuevo Jefe Nacional para conseguir sus nombramientos (3).

Trasplantados los esquemas de funcionamiento a las organizaciones de exterior e intentando hacer lo mismo con la doctrina, se iba a reproducir en Argentina un hecho frecuente en las filas del falangismo: las bajas por atentado o enfrentamiento.

El 20 de Junio del 37 era asesinado en la localidad de Mendoza Antonio Ribes, tras un enfrentamiento en una taberna de esa localidad. Se convertía en el primer caído de la Falange Exterior

Como ya se ha expuesto, la situación creada en torno a la Falange argentina determinó un viaje de inspección encomendado por el Secretariado Político a Augusto Atalaya para poner en orden aquella dependencia. Comenzaba la época de mando de Rafael Duyos. Este tiempo coincide aparentemente con una explosión de las actividades de la Falange. Confraternizaciones, Platos únicos o creación de jefaturas locales eran algunas de las actividades más frecuentes.

Se asistía a un interesante despliegue propagandístico. La Sección Cinematográfica de la Falange argentina proyectaba los films de propaganda realizados por el bando nacional y ponía a disposición de otras Falanges de la zona aquel valioso soporte contando para ello con el Laboratorio automático Tecnofilms que trabajaba para la Delegación Cinematográfica Iberoamericana

Desde Buenos Aires se confeccionaba el Arriba, una buena Revista Semanal ilustrada en donde noticias de la guerra española, informes de las Falanges del mundo al lado de textos doctrinales y legales, llenaban sus páginas, extendiendo su radio de acción a Chile, Bolivia, Paraguay y Uruguay.

Estas formas de divulgación se completaban con producciones poéticas o con la puesta en escena de obras de teatro como el Tríptico de la Falange del polifacético jefe regional Duyos. No había problemas para encontrar actores: la mayoría de los miembros de la farándula (según la Falange argentina) allí residentes pertenecían a la Sección de Espectáculos Públicos de la FET. Lola Membrives, Aurora Redondo o Consuelo Nieva participaban en la representación de un patriótico repertorio.

En España, en el otoño del 38, se tenía la sensación de una notable mejoría de aquella extensión y de su actuación pública aun cuando todavía careciese de reconocimiento legal. Se había gestado una dependencia que disponía de Delegaciones de Prensa y Propaganda, Sección Femenina, OOJJ, Auxilio Social y hasta unas Milicias falangistas que completaban la organización. Se habían conseguido delegaciones locales o comarcales en 60 localidades argentinas durante este año de 1938.Daba la impresión de ser una de las extensiones de mayor pujanza y su Jefe, obtenía el nombramiento de Inspector para Sudamérica.

Este fenómeno, que manifestaba aparentemente una excelente y vertiginosa expansión ha sido minimizado por algunos investigadores al comparar las cantidades con los apoyos que tenía el bando republicano. Así M. Quijada, afirma que en un país con millón y medio de inmigrantes y con 1000 comités de ayudas a la España republicana la importancia de esa expansión resultaba relativa. A pesar de todo, si se tiene en cuenta la cortísima vida política de la Falange, no resultaba nada despreciable el aparente crecimiento falangista.

Queda la duda, por las posteriores noticias acerca de esta época, de si las informaciones dadas a través del Arriba no contenían mucho fuego de artificio. Acostumbrados a un engrandecimiento de las realizaciones, en donde a la necesaria fe en la victoria, se sumaba un gusto barroco por adornar actos y nombres, se magnificaba en hechos y en dichos. A la llegada de la Misión Española en Octubre del 38 con Samuel Ros y Eugenio Montes, se presentaba a este último, con el pomposo título de "Caballero de la Gran Cruz de la Orden Imperial de las Flechas Escarlatas".

De la trilogía clásica de la España rebelde en el exterior (representantes de Estado, Falange, grupos nacionalistas) ya se han indicados las reticencias entre ellos, pero además las tensiones con elementos de la diplomacia franquista comenzaban a poner al descubierto puntos oscuros en la etapa Duyos, con dificultad para discernir entre la verdad de las acusaciones que se iban a hacer y los deseos de enfangar el tiempo de su jefatura. Se ponía en cuestión el activismo desplegado por el descrédito al que fue sometido a partir de 1939 por doble partida. De una parte por la representación diplomática española, algo ya acostumbrado en la dinámica de las agrupaciones falangistas; pero resultaba más demoledora la acusación realizada por otro falangista, José Ignacio Ramos, procedente de las JONS de Ledesma.

La pugna entre el autonomismo deseado por la Falange y el afán controlador de la representación diplomática de España encontraban su eco también en la Argentina. Desde la embajada, dirigida por Lojendio, y con el apoyo de falangistas enfrentados con el jefe Regional Duyos, se lanzó una maniobra de descrédito contra éste y contra el Delegado de Prensa y Propaganda Juan Potous. La argumentación de "vicios degradantes" adjudicada a ambos, sin mayor fundamento que la repulsa segura que aquel bulo iba a tener en la colonia española y entre los falangistas, resultaba un arma demoledora.

Detrás de aquellas intrigas, para algunos falangistas aparecía la mano del embajador Lojendio como claro inductor. Quienes se ponían del lado de Duyos no entendían que la embajada se sumara complaciente al cumplimiento en la aplicación del Decreto del Gobierno argentino, sobre Asociaciones Extranjeras y que, además, desamparara a la Falange con su desidia cuando el archivo de esta fue trasladado a la embajada.

Sin embargo, más demoledor que las acusaciones referidas resultaba el informe de José Ignacio Ramos emitido en 1940. A la caída de Duyos se iniciaba una revisión de su mandato desde el interior de la FET. Sus partidarios caían en desgracia y aquellos otros que mantuvieron distancias con su jefatura (caso de Carmen Ponce de León) eran ensalzados en esta nueva etapa.

El 3 de Abril de 1940, José Ignacio Ramos, enviado por el Delegado Jiménez Arnau a la Argentina para realizar una investigación de carácter administrativo sobre la actuación de la Falange, remitía un informe que contenía los más negros trazos de lo que había sido la corrupción generalizada de quienes pasaron por puestos de mando en aquella organización hasta el cese de Rafael Duyos (4).

Un descarnado relato, en donde el aporte técnico lo habían dado falangistas expertos en temas de contabilidad (5), ponía al descubierto una continuidad en la corrupción de las que se libraban tan solo la Sección Femenina, dirigida por Carmen Ponce de León, la Sección de Espectáculos con Jesús Gabaldón al frente y quienes desempeñaron las funciones de administración en el periodo que abarcaba desde el 20 de Julio al 12 de Octubre del 38. Desidia administrativa, malversación, estafa, soborno, sustracción de efectos, venta del fichero de la Falange y hasta prácticas de homosexualidad encubierta (argumento de descalificación frecuente en aquella época) denunciaba Ramos en su informe. Se llegaba a la conclusión de la inexistencia de un registro de afiliados y de la falta de libros de contabilidad junto a irregularidades contables como la falta de asiento de ingresos o cuotas que quedaban en poder de los cobradores.

Se ponía en entredicho la militancia falangista en Argentina y se denunciaba la existencia de afiliados con varios números, realizado con el objeto de dar una pretendida antigüedad a afiliaciones recientes, lograda mediante la recepción de favores personales o primas. Incluso se daba el peregrino caso de que la cotorra mascota de la Falange se hallaba también inscrita con su correspondiente número de afiliado, ficha rellena y convenientemente firmada por el Jefe Provincial tras ser presentada, tal y como era preceptivo, por varios falangistas.

La cantidad y variedad de las irregularidades llegaba a tal grado que la transcripción de las palabras de Ramos son la muestra más elocuente:

"Es muy difícil hacer un informe político de la actuación de la Falange, pero yo, solemnemente, al denunciar estas irregularidades a la Delegación Nacional del Servicio Exterior, añado por mi parte, que bajo mi palabra de honor, de camarada, de camisa vieja y de español, aseguro que el descrédito de la Falange ha sido tal en la Argentina, que su conducta ha sido más nociva para nosotros que la misma propaganda roja sostenida con muchos millones, declaro solemnemente que numerosas personas honestas se han apartado del Movimiento y otras ni siquiera ingresaron en él debido a su conducta, e igualmente declaro, y me hago responsable de estas afirmaciones, que todos los Jefes, son solidariamente responsables del estado de descrédito que para España ha traído la actuación de la Falange, responsabilidad que alcanza a todos los que han ocupado cargos directivos en mayor o menor grado, haciendo únicamente exclusión de Jesús Gabaldón y Carmen Ponce de León y los camaradas que desempeñaron la administración durante el periodo del 20 de Julio al 12 de Octubre de 1938".

Al caótico estado en que se hallaba sumida la Falange argentina se unían los problemas que acarreaba la guerra mundial y el boicoteo que realizaba la representación diplomática española. Decidida la disolución de la Jefatura Regional de la Argentina, y con una Junta Liquidadora de la misma, se intentó la creación de una Hermandad Hispano Argentina y posteriormente, de un Hogar Español, como nuevas entidades que relevasen a la Falange manteniendo sus contingentes. La apatía y la falta de comunicación hicieron que aquel intento apenas fuera conocido por los propios interesados. La Casa de España, creada en el mes de Junio del 40, intentó integrar en ella los restos humanos del naufragio falangista acometiendo tareas de divulgación política dirigidas a la colonia española.

Al comenzar el verano del 41 recibían instrucciones como otras Falanges para formar las Escuelas de Propagandistas y los misioneros de la Falange.

Aquellos residuos del falangismo con José I. Ramos al frente, abandonaban sus responsabilidades en la Falange argentina en Noviembre del 41. No eran enemistades con las autoridades de aquel país quienes obligaban a ello, sino las consabidas con la representación diplomática española. En palabras de Ramos: ...la oposición sorda y callada para todo el que trabaja y es ajeno a la 'carrera' (7). Ramos había creado la revista Orientación Española que en las fechas de dimisión de los cargos de la Falange había llegado al número 64, habiéndose reproducido 1.000.000 de ejemplares, todo ello sin percibir subvención alguna de la embajada, tal y como expresaba dolido el antiguo jonsista. Éste no encontraba más justificación para la actitud de la embajada que el boicoteo puro y duro, ya que, según Ramos, la calidad periodista de Orientación estaba avalada por el mismo Cambó, que la calificaba como la de mejor contenido en cuanto a su densidad y amenidad (8)

En la misma fecha de la misiva anterior, una comunicación mandada al Delegado Nacional del Servicio Exterior, servía para presentar las dimisiones de los responsables de la Casa de España, y para comunicar un fenómeno digno de atención: la incorporación de Serrano a Exteriores no había "falangistizado" la representación española en La Argentina. Posiblemente porque los diplomáticos de carrera hacían una particular interpretación de las directrices del Presidente de la Junta Política.

En 1942, a diferencia de lo ocurrido en otros países de Hispanoamérica, el panorama argentino no resultaba hostil, más bien al contrario. La conferencia de Río de Janeiro con representación de los países americanos recibía presiones norteamericanas para que la Argentina abandonara su neutralidad ante el conflicto internacional ofreciendo, incluso, ventajas económicas, pero esa nación mantenía el tipo frente al gigante del norte, algo de lo que eran incapaces otros países del continente. El intento de la fórmula de recomendación de ruptura propiciada por USA: "Los estados americanos no podrán continuar manteniendo relaciones con el Eje", aparecía con una redacción diferente, con la alteración del "no podrán" por el "podrán no". Como es de suponer aquella actitud era acogida muy favorablemente por la Falange, que a finales de ese año proyectó unos estatutos para una futura Hermandad Hispanoamericana, que diera cabida a la proyección falangista en la Argentina con el fin de continuar la actuación.

La tensión entre la España victoriosa y la España derrotada se había trasladado también allí. Desde la primera se realizaban intentos para evitar actos que promocionaran a los derrotados, entre ellos las interpretaciones desfavorables de la pasada contienda. En Septiembre del 44 el Jefe falangista de Argentina presionaba para que no se proyectara el film ¿Por quién doblan las campanas? y seis meses más tarde resultaban infructuosos los intentos del Director Político de América de retirar el Romancero General de la Guerra de España dirigido por Rafael Alberti que era enjuiciado de "insultante, soez y vulgar".

Muy estrechamente vinculada a la Falange argentina estuvo la sección del Paraguay. Cuando en Octubre del 37, Augusto Atalaya recibió el nombramiento de Inspector con plenos poderes para el cono sur americano ya existía en Paraguay un pequeño grupo falangista. Ocupaban los puestos de mando Martínez Pimiento con calidad de Jefe en Asunción, José María de Nestosa de Delegado de Prensa y Rafael Martí en las Organizaciones Juveniles. Fueron frecuentes las relaciones con el grupo argentino mucho más potente, y su jefe Rafael Duyos acudía a Paraguay en Octubre del 38 en calidad de conferenciante.

Al finalizar la guerra y en el esfuerzo pedido por el Servicio Exterior para el Auxilio Social enviaban a España 765.500 pesos, 1000 cajones de leche condensada y 12.000 latas de carne.


(1) Carta de José Ignacio Ramos a Riestra 19.11.37, cita para veracidad Fascismo en España. Efectivamente, allí tras narrar los problemas económicos de JONS aparece lo siguiente: "A ello (tener una caja propia) contribuyó, sin embargo, la labor de José Ignacio Ramos, jonsista del primer cupo, que hizo un viaje de negocios a la Argentina y trajo para la revista cerca de 1500 pesetas en suscripciones protectoras, hechas por españoles residentes en Buenos Aires". Ramiro Ledesma Ramos.- Escritos políticos 1935-36.-Trinidad Ledesma Ramos-Madrid 1988.-página 88)

(2) Cfr. Quijada Mauriño M. T.C p.130 .Con anterioridad, Rodríguez Otero sitúa a Emilio Orgando Vallejo de primer Jefe Territorial en la Argentina.

(3) En Mayo del 37 un jefe de la Falange de Buenos Aires, Sebastián Cerceda Lazcano pedía al General Franco continuar como responsable de aquella organización.

(4) Denuncia de José Llopis, que fuera Secretario de la Delegación de Prensa Argentina. La defensa realizada por Llopis intentaba demostrar la animadversión diplomática contra Duyos, precisamente cuando la situación política interna se mostraba difícil.

(5) Ayudaron a Ramos los contables de empresas establecidos en Argentina José Bravo, Manuel Fernández Vázquez, Daniel García Helguera y el empleado de la empresa M. Aduriz y Cía Jacinto Rodríguez García.

(6) Los problemas del manejo de fondos y la desconfianza en la gestión era una historia antigua. Con la llegada de Quintana a la jefatura en 1936 "...se regulariza y garantiza el correcto manejo de los fondos." según Rodríguez Otero.

(7) Ramos a Riestra 19.11.41. Ramos estaba dolido porque enviado a Buenos Aires en 1937 y con promesas de empleo ni le habían contestado a su petición de ser canciller de la Embajada "...vacante inferior a mi jerarquía, merecimiento y capacidad".

(8) A pesar de los elogios que hacia Ramos a Orientación esta revista debió aguantar un "tirón de orejas" por la publicación de una fotografía en donde aparecía la imagen de Maria Luisa Terry, caída en tiempo de guerra, junto al anuncio de cosméticos. Aquella actitud intolerable exigía enérgica reprensión según manifestaba Vicente Gaceo, Jefe Nacional de Prensa, al encargado de la Prensa y Propaganda Exterior.


La ayuda del General Perón en los años del bloqueo, la visita de Evita a la España cercada, fueron hitos de generosa solidaridad en trances duros, por los que el pueblo español tiene deuda de gratitud.

Mucho del bagaje doctrinal justicialista (del justicialismo genuino, no de la comparsa de Menem), del espíritu inicial de los Tacuara, y hasta de los Montoneros, no pocas iniciativas universitarias e intelectuales argentinas, guardan relación estrecha con el propósito falangista de abrir una brecha entre el odio de la izquierda y el egoísmo de la derecha, con la decisión de aunar en una sola lucha la reivindicación social y la búsqueda de la dignidad nacional.

Son vectores hoy aislados, pero susceptibles de sumar su fuerza a la de otros, y proyectarse con decisión hacia el futuro.