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VARIOS ESCRITOS POÉTICOS

 

"YA LA NOCHE..." (1)

"Ya la noche... Cuánto tarda
en volver el mensajero
que envié con una carta
para el Abad del convento.

De fijo que Fray Clotardo,
que fue mi sabio maestro..."

¿1913?

__________

(1) Fragmento inicial de la adaptación versificada de la novela histórica de Cánovas del Castillo: "La Campana de Huesca", que José Antonio escenificó y dirigió con actores infantiles cuando tenía apenas diez años. Recuerdos de Nieves Sáenz de Heredia.

 

LA PROFECÍA DE MAGALLANES

El mar estaba inquieto, el cielo oscuro
por nubes cenicientas apagado,
con fulgor inseguro,
empezaba a asomarse la alborada;
cerrando los Confines de Occidente,
brotaban de las sombras lentamente
las titánicas cumbres de los Andes,
y en toda su hosquedad Naturaleza
mostraba la magnífica fiereza
con que sabe vestir los hechos grandes.

Y entre esa majestad, sobre las olas
que el continuo vaivén tornaba pálidas
las cuatro carabelas españolas
se alzaban atrevidas y gallardas;
sobre la inmensa superficie solas,
las quillas en el mar, la enseña al viento
lanzaban en su arrojo un desafío
al oscuro nublado, al mar bravío,
al ígneo rayo y al ciclón violento.

¡Jamás ante el poder de un elemento
temblaba aquella Raza de titanes!
Hasta el mar cuando fiero se alborota
humilla su poder ante una flota
como aquella de Hernando Magallanes.

El era su Almirante. Sobre el puente
de la nave izadora de la enseña
iba el bravo marino, alta la frente,
la mirada aguileña
escrutando orgullosa el Occidente:
es que allá, separados los pilares
que forman la gigante cordillera,
dejaban paso abierto hacia otros mares,
es que la audaz quimera
que en su mente genial alentó un día
ante la faz de la Creación entera
proclamando su gloria se cumplía...

Magallanes habló; sus ojos de ave
brillaban encendidos de entusiasmo,
los bravos marineros de la nave
le escuchaban hablar, mudos de pasmo,
y aun las nubes que en lo alto se cernían,
y hasta el agua sin fin del mar Atlante
absortas parecían
escuchando la voz del Almirante.

–¡Ya es hora! –dijo–. ¡Un mundo nos espera
tras del que hoy se divide a nuestro paso¡
Sigamos nuestra ruta aventurera
por los mares ignotos al acaso!
Es infinito el mar, la vida corta,
nuestro poder, pequeño,
¡pero no os arredréis! ¿Qué nos importa
que se acabe la vida en el empeño?
¡No importa que muramos! Las estelas
que dejan nuestras raudas carabelas
jamás han de borrarse; por su traza
vendrán para buscar nuevos caminos
otros bravos marinos
de nuestra Religión y nuestra Raza;

De España y Portugal, la raza ibera
cuyos hijos, unidos como hermanos,
a la sombra van hoy de una bandera;
portugueses e hispanos,
bogamos juntos tras la misma suerte...
Españoles, ¡quién sabe si algún día
se unirá vuestra Patria con la mía
en un lazo de amor eterno y fuerte!

Calló; todos callaban
de solemne estupor sobrecogidos;
los bravos corazones palpitaban
con rápidos latidos,
y tendiendo los brazos a Occidente,
por donde un nuevo mundo aparecía,
el marino vidente
acabó la asombrosa profecía:

– Esas costas y esotras cordilleras
también serán iberas
cuando naves de Iberia con sus quillas
surquen aquel Estrecho que allí asoma;
desde las dos orillas
les darán parabienes en su idioma...
¿Qué importa nuestra muerte si con ella
ayudamos al logro de este sueño?
Si la muerte es tan bella,
¿qué importa sucumbir en el empeño?..
¡Adelante, hijos míos!
–gritó transfigurado, el Almirante–.
Y los cuatro navíos
temblaron a las voces de: –¡Adelante!..

Hincháronse las velas;
en el mástil derecho
la enseña tremoló, las carabelas
embocaron audaces el Estrecho...
Y entonces, estallando de repente
la fiera tempestad que amenazaba,
rugió por los espacios imponente

 

cual monstruo colosal que se destraba;
aullaba el huracán, el mar bramaba
alzándose feroz en ronco estruendo
y la Creación entera parecía
que presa de pavor se estremecía
ante el empuje del ciclón tremendo.

¡Era un himno triunfal que nubes y olas
con su música fiera
cantaban a las naves españolas,
embajadoras de la Raza Ibera!

JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA

______________
Trascrito de Raza Española. Revista de España y América. Año IV, Núm. 37. Enero 1922. Directora: Blanca de los Ríos.

 

 

BRINDIS

Hemos bebido el sol disuelto en vino
y sangre de claveles en gazpacho;
a un fauno viejo, vigoroso y macho
he tenido en la mesa por vecino.

Don Pedro es andaluz "sonoro y fino"
y siempre que pronuncia un dicharacho
tiene risas alegres de muchacho
y experiencias de viejo libertino.

Al final el mantel se abrió en heridas
y cayeron las rosas encendidas
sobre las caries de la tabla vieja;

y entre el perfume esenciado de las rosas
escanciamos los besos de las diosas
en las copas de vino de Orbaneja.

19 de junio de 1925

______________
Trascrito por Julio Suárez en Estafeta Literaria, de Madrid, enero de 1946. El soneto apareció en el dorso de una minuta del restaurante "El Duque de El", que existía entonces en la calle de Echegaray.

 

 

POEMA ÍNTIMO

II.– Vivamos en el mundo.
Pero tengamos nuestro mundo aparte
en un rincón del alma.

Un mundo nuestro
donde tus horas y mis horas pasen
íntimamente, luminosamente
sin que nos turbe nadie.

1925

_________________
Tomado al oído, por Julián Pemartín, quien nos la ha proporcionado para esta antología.

 

 

ELOGIO

Hoy ha comido el Nuncio en la Embajada.
¡Bien debió de cenar su señoría!
Pero yo por su cena no daría
la cena sin igual de esta posada.

¡Oh insigne sopa de ajo! ¡Oh ensalada!
¡Oh cordero que ajara trascendía!
¡Oh rubios bartolillos! ¡oh judía
con trozos de chorizo decorada!

¡Oh glorioso yantar de achuras vilesl
¡Oh viña castellana y andaluza
de vinos bulliciosos y viriles!

¡Oh aceite venerable de la alcuza
que lo mismo alimenta los candiles
que alimenta al que come la merluza!

9 de diciembre de 1926

_________________
Los catorce endecasílabos de este soneto, escrito "al modo de Baltasar del Alcázar", aparecieron en el álbum de clientes del "Mesón del Segoviano", de Madrid. Transcrito por el camarada Ignacio Agustí, director de la revista nacionalsindicalista de Cataluña Destino.

 

 

SOLEA

I.– Jardín de Paterna, el tiempo
se cayó en un pozo blanco
debajo del limonero.

1930

 

 

ENVÍO A JULIÁN PEMARTÍN

Julián, hermano: desde Castilla
–hoy huérfana de reyes– donde moro
hasta esa tierra en que tu brazo brilla
tan recio cuanto tu rabel sonoro,
mi ofrenda de amistad fuerte y sencilla
llévate el dios de púrpura y de oro.

JOSÉ ANTONIO, 29 de mayo de 1931

________________
El envío venía en un tarjetón con orla de cinco milímetros, que ostentaba el escudo del marquesado de Estella, en su residencia circunstancial de Chamartín de la Rosa, provincia de Madrid. José Antonio adjuntó a su salutación un artículo de don Pedro Mourlane Michelena, titulado El dios de púrpura y de oro. Julián tenía una mano rota a consecuencia de su intervención en una riña. Esta expresión poética fue dada a conocer por vez primera, en nuestra recopilación Textos inéditos y Epistolario de José Antonio, Madrid, 1956. Ediciones del Movimiento.

 

 

CARCELERA

Las rejas de esta cárcel son como una parrilla
donde se asan mis horas melancólicamente;
es estrecha esta cárcel como es ancha Castilla;
la esperanza está lejos como el sol en Oriente.

Oh turrón de Jijona; oh, yemas de Sevilla,
oh pavo con castañas, oh roscas de aguardiente
oh manjares que alegran la Navidad sencilla,
¿os probará en la cárcel mi gula impenitente?

La conjetura horrible me tiene sobre un ascua,
pues si ya, por desdicha, nos hicieron la pascua,
mal será que nos la hagan en la Pascua de veras,
o que los Reyes Magos, montados en camellos,
se encuentren con que al Africa fuimos en busca de ellos,
no en cunas infantiles, sino en sucias literas.

Madrid, 11 de diciembre de 1932

________________
Durante la breve estancia de José Antonio en la Prisión Celular de Madrid, a raíz de haber sido detenido por suponérsele implicado en los sucesos del 10 de agosto de ese año, los detenidos ocupaban su obligado ocio componiendo un Semanario intermitente. La aludida publicación se denominaba La Voz de los Arios; la colección apareció fotocopiada en el periódico Ellas, que dirigía José María Pemán. El autógrafo de la Carcelera, sin firma, figuraba en su texto. José Antonio, ajeno en absoluto al golpe de mano que inspiró Sanjurjo, no tardó en aclarar su situación prescindente.

 

 

HIMNO DE LA FALANGE

Cara al sol, con la camisa nueva
que tú bordaste en rojo ayer,
me hallará la muerte si me lleva
y no te vuelvo a ver.

Formaré junto a los compañeros
que hacen guardia sobre los luceros...
impasible el ademán,
y están presentes en nuestro afán.
Sí te dicen que caí,
me fui, al puesto que tengo allí.

Volverán banderas victoriosas
al paso alegre de la paz,
y traerán prendidas cinco rosas
las flechas de mi haz.

Volverá a reír la Primavera
que por cielo, tierra y mar se espera.
Arriba, escuadras, a vencer
que en España empieza a amanecer

¡España! ¡Una!
¡España! ¡Grande!
¡España! ¡Libre!

¡Arriba España! ¡Arriba!

 

3 de diciembre de 1935.


Sugerencias, correcciones y aportaciones:
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