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A TODOS LOS JEFES TERRITORIALES Y PROVINCIALES DE LA FALANGE ESPAÑOLA DE LAS J.0.N.S.

Esta Jefatura Nacional dirigió a la Junta Política, con fecha 24 de diciembre, una comunicación concebida en los siguientes términos:

La Junta Política se servirá redactar un dictamen escrito acerca de la actitud que, a su juicio, debe adoptar la Falange en la próxima contienda electoral De una manera señalada someto a la consideración de la Junta las cuestiones siguientes:

1º.- ¿Conviene a la Falange una inhibición electoral completa, o la adopción de una actitud de independencia absoluta que lleve necesariamente a una total ausencia de representantes en nuestro Parlamento? El no alcanzar ningún puesto en las Cortes, ¿no representará un eclipse peligroso para la Falange en la vida política española, dado lo habituada que está la opinión a juzgar de la importancia de los partidos por su representación –cuantitativa o cualitativa– en el Parlamento?

2º.- La participación en algún frente electoral, ¿será juzgada por los militantes más ardorosos como una defección en las posiciones doctrinales de la Falange? Este efecto en las filas del partido, ¿se podrá evitar poniendo extremo cuidado en que las líneas ideológicas y la independencia de la Falange queden intactas en cualquier pacto que se concluye?

3º.- ¿Cuáles deben ser las exigencias terminantes de la Falange, en orden a su integridad doctrinal y a su independencia táctica, para aceptar conciertos tácticos con otros partidos?

4º.- El riesgo de una victoria de los partidos marxistas aliados con los de izquierda burguesa, ¿implicaría el retroceso para la Falange a momentos de lucha dificilísima que acaso la pusiera en trance de muerte o, por lo menos, retrasaran por muchos años sus posibilidades de triunfo? Esta consideración, ¿debe tener en cuenta para posponer de momento la repugnancia de la Falange a todo pacto electoral?

5º.- ¿Cómo valora la Junta Política los ejemplos de otros partidos de tendencia similar al nuestro que, en diversos países de Europa, aceptaron momentáneamente alianzas contra el peligro que el marxismo implicaba para los principios y aun para los partidos de tendencia nacional?; y

6º.- ¿Cree la Junta Política que la aparición de la Falange, circunstancialmente, en un frente de tendencia nacional antimarxista, con todas las reservas y salvedades necesarias, la quebrantaría de modo duradero en la estimación pública? ¿Qué juzga más grave, este quebranto circunstancial o el riesgo de descenso de la valoración pública que implicaría la falta de toda representación parlamentaria?

Esta Jefatura se propone dar a conocer el dictamen de la Junta Política a todas las Jefaturas territoriales, provinciales y de las J.0.N.S., con solicitud de que expresen lo que opinen acerca de él. Después de oídos todos esos pareceres, se resolverá por esta Jefatura acerca de la actitud definitiva de la Falange.

La Junta Política, de acuerdo con lo que se le encargaba, ha formulado el siguiente dictamen:

La Junta Política, cumpliendo la orden de esta Jefatura Nacional de emitir dictamen escrito acerca de la actitud que a su juicio debe adoptar la Falange en la próxima contienda electoral, y muy especialmente ante aquellas cuestiones sometidas de manera señalada a la consideración de la Junta, lo redacta en los términos que a continuación se expresa, en los que ha procurado armonizar la concisión con la claridad y dar respuesta categórica, por el orden en que se formulan, a todas las preguntas contenidas en el cuestionario presentado.

En su virtud, la Junta Política entiende:

1º.- Que ante el panorama que ofrece la situación política y la lucha electoral, que va a polarizarse alrededor de un bloque de derechas y otro de izquierdas –aparte de algunas fuerzas políticas de importancia secundaria nada decisivas– debe analizarse antes de contestar a la primera pregunta, y como trámite previo determinante del sentido de la respuesta, la composición de ambos bloques:

a) Bloque de derechas.–La Junta opina que no se logrará formar un frente orgánico como el de izquierdas, sino que, tomando como eje la C.E.D.A., se harán pactos circunstanciales, según las posibilidades que presenta cada provincia y en las que entrarán desde tradicionalistas hasta radicales.

b) Bloque de izquierdas.–Se compondrá desde las izquierdas burguesas hasta los comunistas. Es decir, de todas las fuerzas que directa o indirectamente intervinieron en la revolución de octubre de 1934.

De este análisis deduce la Junta que una inhibición electoral o la adopción de una actitud de independencia absoluta que ha de conducir necesariamente a una total ausencia de representantes nuestros en el Parlamento, sobre ser inconveniente para la Falange, que de seguro sufriría un eclipse peligroso en la vida pública, al no llevar al Parlamento representación alguna, carece de razón de ser desde el momento en que el frente de izquierdas se ha de componer de fuerzas heterogéneas, algunas hasta ahora abstencionistas, pero todas encaminadas al logro de una revolución marxista y antinacional, aspiración que justifica la entrada de Falange en el frente de signo contrario.

2º.- Que la participación de la Falange en algún frente electoral, sobre todo al lado de los partidos de derechas, ha de ser interpretada por los militantes más ardorosos como una defección en la posición doctrinal de aquélla; pero sobre poderse atenuar –ya que no evitar– este efecto, conservando la independencia y las líneas ideológicas de la Falange en los pactos que se concluyan, quedaría amplia y ventajosamente compensado, mediante la conquista de un número de puestos en el Parlamento que le permitiera formar minoría.

3º.- Que, en su consecuencia, entiende la Junta Política que las exigencias determinantes de la Falange, en orden a su integridad doctrinal y a su independencia táctica, para aceptar conciertos electorales con otros partidos, han de ser:

a) Mantener como único punto de contacto el antimarxismo y el antiseparatismo.

b) La propaganda se verificará –si ello no supone un obstáculo insuperable que la Jefatura valorará libremente– con absoluta independencia y separación de los elementos de la Falange respecto a los de las restantes organizaciones del frente; y

c) Será condición indispensable para entrar en el frente antirrevolucionario que a la Falange se le concedan de 25 a 30 puestos en las candidaturas que se presenten.

Ahora bien: como la Junta cree que las derechas nunca llegarán a conceder a la Falange tal número de puestos, estima que el único medio de coaccionaría a tal fin sería el que Falange presentase la candidatura cerrada del Frente Nacional Revolucionario. De esta forma, si la finalidad perseguida se lograba, sería un modo airoso de entrar en el bloque antirrevolucionario. Caso contrario, se retirarían las candidaturas y la lucha quedaría reducida a las dos o tres provincias que se juzgaran más a propósito, y en las que se concentrarían los esfuerzos y se harían los acuerdos circunstanciales precisos para ver de lograr triunfo por las minorías de las figuras más destacadas del Movimiento.

4º.- Opina la Junta que la victoria de los partidos marxistas aliados a las izquierdas burguesas acarrearía consecuencias tan perjudiciales para la Falange, que la llevarían a un periodo de lucha dificilísima que, cuando menos, habría de retrasar por mucho tiempo sus posibilidades de triunfo. Y opina también la Junta que, como aquella victoria es posible y aun probable, la Falange ha de tener en cuenta esta consideración para posponer de momento la repugnancia que sienta a todo pacto electoral y para no adoptar actitudes que puedan favorecerla.

5º.- La Junta, al emitir su dictamen, no sólo ha tenido en cuenta la situación de España y las circunstancias en que, a su juicio, se ha de plantear la próxima contienda electoral, sino también los ejemplos seguidos en casos análogos en otros países de Europa por partidos similares al nuestro, ejemplos que valora como argumentos coadyuvantes a las soluciones y actitudes en que se aconsejan; y

6º.- Opina, por último, la Junta Política que la aparición de la Falange en un frente de tendencia nacional y antimarxista no habría de quebrantarla en la estimación pública general, aunque sí perjudicaría el efecto antes indicado en algunos militantes del partido. Pero que juzga mucho más grave el daño que implicaría la falta de representación parlamentaria o una abstención electoral que podría interpretarse como favorecedora de un posible triunfo marxista.

Antes del próximo día 18 del corriente todos los jefes territoriales y provinciales, previa consulta con los jefes de las J.0.N.S. y militantes señalados por sus dotes y servicios, se servirán comunicar a esta Jefatura Nacional su parecer acerca de los extremos contenidos en el dictamen de la Junta Política.

Madrid, 6 de enero de 1936.–El Jefe Nacional. ¡Arriba España!


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