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PEDAGOGÍA DE LA CANCIÓN

I. LA CANCIÓN EN EL FRENTE DE JUVENTUDES

Si hay un tipo de pedagogía en el que se ha valorado extraordinariamente la canción como instrumento formativo, ésta ha sido la del Frente de Juventudes; de forma más intensa, por supuesto la juventud "afiliada" (FFVV, FFJJ de F, OJE) , pero también la "encuadrada" recibió el impacto del Cancionero, ya fuera en el marco de las asignaturas de la Delegación, ya fuera a través de los Campamentos de aprendices o escolares. Es, no obstante, en las Unidades Voluntarias donde se lleva a cabo una verdadera "pedagogía de la canción", que sobrepasa, con mucho, el hecho de ser un puro elemento folklórico o auxiliar. Las canciones debían ser "la expresión vibrante del sentir del individuo o de la comunidad" [1] y, como tal, se prodigaban en todo momento y lugar:

"Un cancionero para la soledad y la camaradería, para el gozo y la adversidad, para lo serio y lo humorístico; para la escuela y la calle, para el reposo y el avance, para la marcha y el campamento, para la casa y el cuartel, las aulas y las trincheras" [2].

Igualmente recogía el Cancionero cualquier tipo de temas y de canciones, "ya que siempre hubo una canción para cada momento de la vida, ya fuese de alegría o de tristeza. La muerte, el decaimiento, la lluvia, la noche, la novia, el compañero caído, la decepción política, y muchos otros aspectos de la vida individual y colectiva, se han visto representados en el Cancionero de Juventudes" [3]. Realmente, "el Frente de Juventudes no puede ser entendido sin la canción" [4].

Contó con la talla de músicos como Federico Moreno Torraba, Juan y Félix Tellería, Joaquín Rodrigo, Peris Lacasa, Asins Arbó, Cuesta Polo, Agustín Paíno...; los autores de letras, sin embargo, lo fueron en menor número: Enrique Llovet, Tomás Borrás. José Mª Cernuda, José García Nieto, Jaime Ferrán, Adriano Gómez Molina, Daniel Pato Movilla..., porque prevaleció la canción anónima y, a veces, la de inspiración colectiva. Si bien hubo de todo, la calidad musical de muchas canciones es evidente, así como la belleza poética de algunas letras, claro está, dentro de las coordenadas de la poesía falangista de cada época, con preferencia de los temas clásicos, a veces, devenidos en tópicos. Por supuesto, nos referimos en este caso a las canciones propias (llamadas generalmente "marchas") , descontando las del acervo popular y tradicional, y otras características de ambientes juveniles y desenfadados, que no incidían en esa parte seria del "mensaje" político.

En cuanto a la cantidad, baste señalar que el "Cancionero de Juventudes" de José de Arriaca, especie de memorial de la canción con constantes incursiones a la historia de la institución, incluye, sin afán de totalidad, hasta ciento sesenta y cinco letras de "marchas" en el texto propiamente dicho, más un número indeterminado de variantes de las anteriores y otros cantos más olvidados o menos popularizados en notas y anexos [5]. En el cancionero anexo al "Manual del Jefe de Centuria" de 1943, se incluyen cuarenta y nueve, de las que veintiuna pertenecen al "propio" y veintiocho son regionales; en el de 1947, hay doscientas cuarenta y dos, de las que cincuenta y cuatro son "marchas". Posteriormente al Cancionero de Arriaca fueron surgiendo canciones sueltas, prácticamente hasta 1977, año de desaparición de la Delegación de la Juventud.

Es imposible hacer un seguimiento de los cancioneros que iban siendo publicados; desde el de las OOJJ de Asturias (1940) , que cita Arriaca, hasta la última edición de la Jefatura Provincial de la OJE de Madrid [6] , habrán sido innumerables, casi todos desaparecidos o archivados celosamente en bibliotecas particulares [7]. Téngase en cuenta que, aparte de los de carácter nacional, editados como obras específicas de la Delegación, o de la Ayudantía de las FFJJ de F o de la Jefatura de la OJE, cada provincia editó los suyos; los manuales de Mandos contenían un anexo de canciones con menos cantidad y más selección, y, normalmente, cada curso o campamento lanzaba a ciclostil sus hojas de canciones, algunas de ellas compaginadas formando una obra de envergadura. Para facilitar el seguimiento del tema, he utilizado preferentemente para esta Tesis el ya repetidamente mencionado "Cancionero de Juventudes" de José de Arriaca, por la riqueza de su contenido documental y el de 1947, que incluye partituras.

El interés por la canción como elemento educativo y/o de proyección política procede de los primeros momentos de las organizaciones juveniles falangistas. Así, Sancho Dávila, primer Delegado Nacional de las OOJJ, nos habla en "medios formativos" de la importancia de las canciones y la música [8] , y en la misma época, una circular de Gutiérrez del Castillo, Secretario de dicha organización, propone, entre las soluciones para "reanimar el espíritu", las canciones y los coros, con una especial llamada de atención "a estos medios formativos": "coros, canciones regionales, cada provincia las suyas, orquestas, etc." [9]. El propio himno de lo que más tarde sería el Frente de Juventudes –"Prietas las Filas"– fue declarado oficial como "Canción del Flecha", el 12 de mayo de 1938 [10].

En 1942, una instrucción del Delegado Nacional viene a instituir el "Día de la Canción" como "celebración propia del Día de la Victoria" para el 12 de abril [11]. Dejando aparte las connotaciones que esta reconversión de la efemérides oficial del Régimen lleva aparejadas en el aspecto ideológico, y que son estudiadas en otro lugar, esta norma representó una institucionalización de la canción como elemento propio; los concursos de canciones, los coros, la promoción del cántico en las Unidades y actividades, traspasaron el estrecho marco de los Campamentos o "cuarteles" para adoptar dimensiones provinciales o nacionales. A la vez, bandas de música, rondallas o, simplemente, grupos de armónicas, eran el elemento auxiliar. La revista "Mandos" incluía en cada número letra y música de una canción, así como aportaciones de lectores con el puntaje de las tonadas para armónica.

El citado "Manual del Jefe de Centuria" de 1943 establece que éstos mandos deberán saber "además de los himnos de la Falange y del Frente de Juventudes", seis canciones de marcha, "de música y letra españolas" (alusión a las adaptaciones" de la coyuntura europea), los Jefes de Grupo (más tarde, Jefes de Falange) cuatro, y los de Escuadra, por lo menos dos [12]; en el "Manual de Campamentos" de 1945, se indica que en los turnos de veinte días deben impartirse catorce clases de canciones [13] , sean indistintamente de Flechas o Cadetes (por lo tanto, afiliados) , Aprendices o Escolares (juventud encuadrada).

Es interesante la lectura de los textos sobre este aspecto que incluye el Plan de Formación de las Falanges Juveniles de Franco de 1955. En "Trato Social" de Flechas [14] empieza por justificar la importancia de las canciones en las que "el canto colectivo de nuestros camaradas pregona por campos y ciudades, riscos y veredas, la fe ilusionada en la tarea de hacer una España limpia y justa como un entrañable hogar" [15]. Al recoger el folklore popular, se contribuye "a la unidad, comprensión y cariño de todos los pueblos y regiones". Se califica a la canción de "necesaria, útil y formativa":

"Su necesidad estriba en ser la válvula de escape para pregonar una fe, una ilusión y una esperanza; fe en Dios, en España y en nosotros mismos; ilusión en la tarea de servir a Dios, a la Patria y a la Justicia; esperanza en un provenir más digno y más justo para el pueblo español. Es útil porque el que canta arrastra en pos de sí a los indecisos, enardece a los timoratos y sacude a los perezosos. Es formativa porque contribuye eficazmente a hacer superar las propias flaquezas y debilidades, inyectando ilusión decidida y optimismo esperanzado, salud del alma y fortaleza del espíritu, y, sobre todo, porque el joven que no canta es triste, enfermizo, rencoroso y descreído.

Por medio de los coros se consigue inculcar en los camaradas cualidades tan necesarias en la vida como saber fijar y mantener la atención, y la autodisciplina, además de educar la voz y depurar el gusto musical (...)" [16].

Oportunamente se especifica que no es lo mismo cantar que gritar, y que están equivocados los que creen que se debe cantar a toda voz "para dar más fuerza de expresión a la letra y mayor virilidad a la música", avisando del ridículo en que se puede caer y, lo que es peor, en conseguir efectos contrarios sobre los involuntarios oyentes. En los mismos aspectos se incide en el "Trato Social" para Cadetes, del mismo Plan de Formación [17], porque "esas manifestaciones del buen espíritu juvenil pueden ser perjudiciales para el prestigio de la organización si se manifiestan de una forma desagradable o molesta".

Nueve años mas tarde, el Plan de formación de 1964, ya en la etapa de la OJE, especifica que no basta con que se cante, es preciso que se cante bien [18] se insiste en que la canción no es una actividad accesoria, sino que tiene , por sí valor educativo, ya que la componen la música, (sustancia, latido), el ritmo, ( nervio), la letra, (mensaje), e, incluso la historia e la canción, como elemento importante que enseñar. Por tanto, " la música como la letra, forman el cuerpo de la canción, el mensaje es su alma" [19]. Finalmente, el Plan de Formación de 1973 es mucho más sistemático, al desarrollar toda una didáctica de la canción (que se contemplará más tarde), cuyo autor y recopilador es el O.I. Fernando Soto Campos. Como dato anecdótico, se puede añadir que en "Mi Campamento", casi obra póstuma de la Delegación de la Juventud, en su 2 ª edición de 1976, se dice que "cantar expresa alegría, optimismo, juventud, vitalidad"; que "con las canciones rendimos culto a nuestra patria, a nuestros sentimientos nobles, a nuestros ideales, a nuestras esperanzas , y que "los coros, además, disciplinan nuestra voluntad" [20]. Insiste también en los mismos aspectos de educación, civismo, respeto y urbanidad que en Plan de Formación de 1955, de las ya lejanas FFJJ de F.


II. FILOSOFÍA DEL CANCIONERO DEL F. DE J.

Se trata ahora de esbozar unas líneas generales del Cancionero desde el punto de vista de la intencionalidad de los contenidos y de los aspectos pedagógicos en la transmisión de los valores que éstos encierran, como soporte esencial –como se ha indicado– en la creación de unos hábitos.

El abanico de variantes que constituye este Cancionero es lo suficientemente amplio como para imposibilitar un estudio fugaz, por lo que más tarde, tras una clasificación de las canciones, profundizaremos en las canciones de marcha más representativas, por entender que forman un gran apartado con personalidad propia, por su contenido ideológico.

Este contenido, en esta primera visión general, se limita a los grandes conceptos (Dios, España, Justicia, Libertad, Caídos, Victoria...) o a lo meramente externo, "consignas y símbolos" [21]; todo ello supone, con más o menos fortuna según la canción y sus autores, una recreación de la poética falangista. En unos casos, adoptará tintes de originalidad, cayendo otras veces en el tópico. Especial interés tienen aquellas canciones que insisten en aspectos más internos que exteriores, intentando ser consignas de "estilo" más que proclamas políticas: invocación al honor, el tema machadiano del "camino", la dificultad como acicate personal, el servicio, la propia juventud, la "elegancia y el rigor"... Evidentemente, el acento en estos aspectos pertenece a la etapa OJE, sin que por ello esté ausente en canciones de épocas anteriores. Si en éstas era creíble que se formaba parte de un "orden nuevo", que se irían creando con un empuje a arriar las velas: habrá que conformarse con encontrar ese orden nuevo en el interior de cada cual...

De todas formas, la canción transmite en un caso o en otro un mensaje que incidirá en lo íntimo (forma de ser) o en la proyección colectiva, siempre desde la perspectiva falangista. Coincidentes en este punto, veremos ahora dos enfoques contradictorios, que intentan explicar por qué cantó el Frente de Juventudes.

La primera es la de José de Arriaca, que en 1967 permanece "inasequible al desaliento" (por decirlo en la terminología nacionalsindicalista); para él, "la Falange fue la flauta de Tirteo de la nueva España" [22]; la Canción tuvo una intencionalidad claramente constructiva, de unidad y resurgimiento por y para la "Revolución Nacional":

"La juventud reunida en torno a una bandera y encuadrada en filas uniformes no puede cantar más que al compás de su marcha al unísono, con canciones fuertes y exponiendo las viejas ambiciones y deseos de renacimiento" [23].

Para este autor, las canciones cumplen, además, una función instrumental: conseguir la disciplina y la cohesión, como forma de superar el egoísmo individual. Por ello transcribe el texto del periodista Enrique de Aguinaga:

"Junto a la hoguera, en la caminata, o simplemente cara al sol, cantábamos a la Patria. La canción es así pluralidad, es "nosotros". Y nosotros éramos la juventud generosamente unida, sin distingos folklóricos, sin reparaciones sociales... Todos contribuíamos a que una sola y fuerte voz estremeciese los campos con el nombre de España y aquello otro que, metido en el corazón y en la cabeza, se hacía fácil estrofa. En la alegría de nuestras canciones hemos aprendido de memoria el orgullo de la Patria" [24]

El otro enfoque, menos poético y más crítico, es el del desengaño, transcurridos los años de la mocedad. José Luis Alcocer nos dice que las canciones terminaron siendo una forma de alienación y quién sabe si de manipulación, no por quienes las cantaban, sino por quienes las jaleaban:

"Constituían una afirmación de vida, pero también 1a instancia más grave para lograr una alienación política importante (...). Cuando se grita no se razona... Nosotros tampoco gritábamos; hacíamos algo peor: cantar y creer en aquello que cantábamos. Cantar es una manera de desahogarse. Y en eso se convirtió, al final, el Frente de Juventudes: en el desahogo de la nostalgia por lo que no habíamos hecho (...). Acumulamos demasiadas emociones. Quizás reflexionamos demasiado poco, llevados de un extraño pudor de lealtad" [25].

He aquí la canción también como la "válvula de escape", que decía el Plan de Formación de 1955, pero esta vez como elemento sustitutorio de las realidades que la sociedad de la época mostraba como contradicción al mensaje falangista juvenil. Viene a decir que no importaba que unos jóvenes cantaran una Revolución, si se imposibilitaba su realización por otra parte; quizás por ello, corno se ha dicho, a partir de los años sesenta –momento en que finaliza Alcocer su trabajo– las canciones adoptan una serie de consignas más "posibilistas".

La coincidencia de ambos autores –aparte del origen– es la intencionalidad recta de los que cantaban. Así diría Alcocer que las canciones del Frente de Juventudes, funcionaron en dos sentidos: como una voluntad de afirmación, sin duda. Y como un deseo de conocer al propio pueblo, también" [26].

Afirmación, alienación, catarsis, vehículo de unidad y disciplina..... Quizás todo ello fue la canción en el Frente de Juventudes. Lo que es indiscutible es, como dice Arriaca, que "Falange Española y su organización de Juventudes han sido "Las instituciones modernas, y quizás las únicas en toda la historia de España, que han alentado y promovido con mayor efectividad que los españoles canten a la Patria y a sus héroes" [27].


III. DIDÁCTICA DE LA CANCIÓN

Partiendo de la base de que la canción era un medio formativo más, dentro de la formación indirecta, se va a trazar su valoración, siguiendo las pautas de Fernando Soto Campos [28]. Dice este autor que la formación activa o indirecta debe basarse en la participación de los propios educandos; éstos deben saber la técnica de la actividad, la práctica y la intencionalidad, con lo que los resultados serán más efectivos; es necesario conocer la meta educativa, a la que no se puede llegar por la casualidad; debe, pues, saberse el "cómo" y el "para qué", en este caso del hecho de cantar. Con ello también se evita la obligatoriedad, lo impuesto porque sí, ya que "los conocimientos imbuidos por la fuerza embotan la inteligencia y la sofocan. Es decir: mala pedagogía es la del aburrimiento" [29].

Cantar es una actividad formativa, y no un mero relleno del horario de un Campamento o Curso; además –en la línea de todos los Planes de Formación estudiados– cantar no es una actividad accesoria, sino fundamental.

  1. Cómo se canta (técnica y práctica de la canción): se destacan los elementos de la canción: armonía, melodía, ritmo o compás toda canción es, en el fondo, una "obra de arte". Desde un punto de vista técnico, la mejor posición para cantar es de pie o sentado, con el tórax erguido y la cabeza elevada; o bien andando, ya que la dinámica del paso ayuda a mantener el ritmo; deben evitarse, en este caso, las aceleraciones en las canciones de marcha, con lo que el ritmo se transforma en carrera. En este tipo de canciones, los compases fuertes corresponden al pie izquierdo, y los débiles al derecho; sabiéndolo se evita "perder el compás" o "comerse los silencios". Además, cantar marchando ayuda al ritmo respiratorio.

    Es importante tener en cuenta la vocalización; no se canta bien ni con los dientes apretados, ni con la barbilla caída ni con la garganta bloqueada; hay que evitar, asimismo, las distracciones. En el coro, las voces resuenan armónicas, uniformes, moduladas, sin que ninguna destaque. También hay que tener en cuenta la modulación, ya que hay partes de la canción para cantarse fuertes y otras suaves, respetando los silencios.

  2. Qué se canta (el mensaje): La música y la letra se complementan para conformar el mensaje de la canción; la letra "materializa el mensaje", la música "le infunde el énfasis de su cadencia, de su tono, de su ritmo, de su intensidad’. Las canciones de Juventudes son, en cuanto al mensaje: "lección de historia, exaltación patriótica, consigna política, compromiso de honor, recuerdo a los caídos..." [30]. Hay que captar ese mensaje, interpretar el texto en su conjunto, e incluso la historia de la canción y las circunstancias en las que se compuso.

  3. Para qué se canta (intencionalidad): en primer lugar, porque las canciones comunican "la verdad interior"; en segundo lugar, porque alguien las escucha, y son convocatorias de "armonía y amistad"; en tercer lugar, porque la canción "templa el espíritu de los hombres y los hace recios en el afán de permanencia y de conquista". En palabras de Unamuno: No hay doctrina más profunda y luminosa que la que se ha cantado".

También se pueden establecer –según Soto Campos– unos "objetivos intencionales", que serían:

  1. Ejercitar la atención.

  2. Mejorar la vocalización.

  3. Educar el oído.

  4. Ensanchar la cavidad torácica.

  5. Ensayar la convivencia.

Los cuatro primeros objetivos pertenecerían al campo de lo fisiológico, mientras que el quinto entraría en lo social: es el grupo el que canta; cada uno ha de participar en la obra colectiva, en "armonizar" en el coro, para obtener un "bien común", esto es, el resultado apetecible de la canción. Soto también hace una interesante y curiosa interpretación de que los pueblos nórdicos –más socializados– acostumbran a cantar a coro, mientras que los del sur lo hacen individualmente [31]

  1. Comunicar el mensaje juvenil.

Este sería el objetivo propagandístico, específicamente político en lo doctrinal: atraer simpatías, afiliados, comunicar cuál es verdaderamente la ideología del grupo que canta, etc.

  1. Método de aprendizaje de las canciones: Las canciones podían enseñarse en los lugares más dispares: en la hora de clase en el Campamento, sentados en el suelo del pinar, en los bancos del comedor, en el Fuego de Campamentos, en el transcurso de una reunión o de una marcha, etc. Desde un punto de vista práctico, Soto propone un método elemental para aprender y ensayar todo tipo de cantos:

  1. Entregar la letra escrita a cada participante.

  2. Leer la canción y explicar el mensaje.

  3. El profesor la cantará una o varias veces, para conseguir la primera impresión. O mejor, disco o magnetofón.

  4. Iniciar el ensayo conjunto, estrofa por estrofa, corrigiendo defectos. Evitar el cansancio.

  5. Localizar y hacer callar a los que desafinan inicialmente. Se sumarán más tarde.

  6. Localizar a los que no "entran" bien; que lo hagan al segundo a tercer verso inicialmente.

  7. Una vez aprendida la canción, matizar el ritmo, los "fuertes" y "planos", silencios, finales, etc.


IV. CLASIFICACIÓN DE LAS CANCIONES

Si bien la canción propia o marcha es la característica del Frente de Juventudes, no se puede olvidar que la institución, y sobre todo, sus movimientos juveniles, abarcaron un gran repertorio de modalidades y temas. Algunos son difíciles de clasificar, por pertenecer a varios géneros, pero se puede intentar una aproximación [32]:

  1. Las canciones religiosas, incluidas al principio de la mayoría de cancioneros generales o de actividad concreta; así, en el de 1947, se transcribe letra y música de quince de ellas. Obviamente, se pueden seguir las variaciones litúrgicas de la Iglesia a partir del Vaticano II observando como los textos más tradicionales ("Cantemos al Amor de los Amores", "De rodillas, Señor...", canciones en latín) dejan paso a canciones más juveniles, similares a los de las entidades específicamente religiosas. Quedaban reservadas para actos litúrgicos, sin prodigarse en otras actividades.

  2. Marchas e Himnos militares: como detalle curioso se podría afirmar que se dedicó más interés en el Frente de Juventudes al repertorio militar que en las propias Unidades del Ejército (el motivo determinante puede ser el de la voluntariedad) . Las más populares serían el Himno de la Academia de Infantería y el de la Legión. También el de la Marina "Soplen serenas las brisas... ") , con letra de José Mª Pemán, y el de la Academia del Aire ("Sobre campos y trincheras..."), con música de Torroba, que aparecen ya en los cancioneros de 1942. Arriaca indica que en los primeros tiempos (etapa bélica o posbélica) se produjo un transvase de canciones entre el Frente de Juventudes y el Ejército; así, hay cancioneros militares con canciones juveniles a las que se ha modificado la letra de contenido específicamente falangista.

  3. Regionales y populares: El mérito mayor en el rescate del folklore nacional correspondió a la Sección Femenina [33], pero también el Frente de Juventudes desarrolló labor en este sentido, al incluir canciones de todas las regiones españolas en su Cancionero. En el repetidamente mencionado "Manual del Jefe de Centuria", hay veintiocho canciones pertenecientes a Navarra, León, Andalucía, Castilla, Aragón, Cataluña, Murcia, etc.; como dato significativo, en el Programa de Educación Musical 1943 y 1944 aparecen textos en vasco, catalán y gallego.

  4. El tema de la novia: Con tono nostálgico y sentimental o con aire y ritmo de marcha, aparecen innumerables canciones dedicadas a las chicas; unas de ellas de inequívoca procedencia militar ("La Rubita", y "Margarita", típicas de la IPS), otras de importación (la desvergonzada "Madelón" o la evocadora "Lilí Marlén", traída por los repatriados de la División Azul) , la relación sería larga: "Ana Marí", "A cantar a una niña", "Soledad", "Chaparrita", etc. siendo las organizaciones del Frente de juventudes solamente masculinas, el valor de este tipo de canciones es particularmente significativo. No olvidemos tampoco que la primera estrofa del "Cara al Sol" alude a la novia.

  5. Festivas: desde el "Carrasclás" al "Bakum", de procedencia bélica, hasta la tan extendida "Un flecha en un Campamento", este repertorio abarcaba una gran cantidad de temas: habaneras, canciones intrascendentes, estrofas de tipo lúdico ("A la orilla del mar", "La Bella Cuquí", "Cuando Fernando VII", etc.), servían para los momentos de relajación y expansión alegre. No es extraño encontrar versiones humorísticas de canciones de marcha ("Somos héroes del mañana / llenos de fe y de ilusión...", transformando en "Somos manadas de lobos / que vamos al comedor...").

  6. Canciones de Fuego de Campamento: Si bien en los Fuegos y Veladas se cantaba de todo, predominantemente lo festivo, existe un grupo especifico de canción propia del ambiente nocturno, en torno a la hoguera, que va desde la canción de ritmo lento ("Primavera"), el romance tradicional o la divertida ("A mí me gusta el vino", "Desiderio"), y toda la gama popular. Mención aparte merecen los "banes" o "estribillos" para mostrar agrado y aplauso hacia el actuante ("Bien por el chico, bien...") o desagrado y bronca amistosa ("Date el bote, cara dura...").

  7. Canciones de marcha, peculiares de las organizaciones del Frente de Juventudes, que se estudian a continuación con más detalle.


V.- ESTUDIO PORMENORIZADO DE ALGUNAS CANCIONES PROPIAS

El origen de las canciones de marcha hay que buscarlo, lógicamente, en los grupos nacionalsindicalistas primitivos que crearon, si no muchas, sí algunos cantos, de contenido político y eminentemente juvenil, ya que estaban integrados mayoritariamente por jóvenes. En la "Biografía apasionada de José Antonio", de Felipe Ximénez de Sandoval [34], se estudia este incipiente cancionero, que también se recoge en Arriaca [35]; no sólo los temas, sino las propias canciones pasarán en su totalidad a las OO.JJ. y al Frente de Juventudes, cantándose hasta en los últimos tiempos, si bien, por supuesto, como ingrediente nostálgico más que como consigna política eficaz.

La primera canción es la denominada "Himno de las Falanges de Combate", más tarde "Himno de las Viejas JONS" [36] , con letra de Juan Aparicio y música de José Guerrero Fuensalida; aparecerá en el periódico "La Conquista del Estado" de octubre de 1931, y algunas de sus estrofas decían:

Juventudes de vida española y de muerte española también, ha llegado otra vez la fortuna de arriesgarse a luchar y a vencer.

Sobre un mundo cobarde y avaro, sin justicia, belleza ni Dios, imponemos nosotros la garra del Imperio solar español.

No más reyes de estirpe extranjera, ni más hombres sin pan que comer; el trabajo será para todos un derecho, más bien que un deber.

El pasado no es paso ni traba, sino afán de emular lo mejor, viviremos la gesta del héroe con orgullo, soberbia y valor.

Las ideas que contiene, propias de la época, van a constituir más tarde el llamado "componente jonsista":

  • Invocación a las juventudes.

  • El mundo carece de "justicia, belleza, Dios" y sólo la alternativa española puede devolvérselos.

  • Los dos temas del Nacionalsindicalismo –lo nacional y lo social– aparecen aquí en la doble negación: "reyes de estirpe extranjera" (fijarse en la fecha) y "hombres sin pan". Invocación social al trabajo.

  • El pasado no como inmovilismo de la tradición, sino para emularlo.

  • Lema jonsista: "no parar hasta conquistar".

Su popularidad en las organizaciones del Frente de Juventudes puede ser debida a dos causas: carácter revolucionario inicial (lo que implicaba una continuidad deseada por los muchachos y una aspiración "pendiente") y al leit motiv antimonárquico, tan apreciado en aquellos momentos.

Otra canción de "componente jonsista", mucho más popularizada incluso entre los "encuadrados", fue "Isabel y Fernando"; se cantó abundantemente en ambientes escolares, quizás porque su mensaje era menos radical y más ambiguo. Su origen está en el periódico "Libertad" de Valladolid (marzo de 1934), bajo el nombre de "Himno de las JONS vallisoletanas" [37]; reaparece en "Himnos y Canciones" de 1942. Sus temas específicos serían:

  • El reencuentro con la propia historia nacional ("De Isabel y Fernando el espíritu impera...").

  • La invocación a la juventud (".. .cantemos el himno de la juventud...")

  • La idea de Justicia ("El sol, de justicia de una nueva era...").

  • El lema "no parar hasta conquistar".

  • Simbología: "bandera", "brazo extendido".

Estas canciones son prefalangistas, es decir, anteriores a 1934 (4 de marzo, proclamación de FE de las JONS) , quizás la última simultánea; inmediatamente posteriores a esa fecha serían "Amanece para mí", que se cantó por primera vez el 21 de enero de 1935 [38], con letra combativa hacia el marxismo al que combaten "las milicias jonsistas"; siguen los símbolos originales de este grupo en la nueva Falange, y aquí tienen su cabida (banderas rojas y negras, flechas yugadas) , y una invocación a "la fe sindicalista nacional" que guía al patriota; el tema poético del "amanecer" se adelantó al "Cara al Sol".

También procede de estos momentos el denominado "Himno de las Milicias Andaluzas de Falange", que citan Sancho Dávila y Julián Pemartín en "Hacia la historia de la Falange", libro desaparecido en nuestros días, pero que menciona Ximénez de Sandoval en su "Biografía Apasionada" [39]; quizás sea imposible reconocer su letra original y los posteriores añadidos. Con ellos y otras variantes fue muy cantada en las FFJJ y posteriormente (soto voce) en la OJE. Su transcripción facilitará en entendimiento de su popularidad:

"Son las escuadras de José Antonio las que tienen que triunfar; y triunfaremos e implantaremos el Estado Sindical.

¡Viva! ¡Viva! la Revolución! ¡Viva! ¡Viva! Falange de las JONS! ¡Fuera el capital! ¡Viva el Estado Sindical!

Que no queremos reyes idiotas que no sepan gobernar; lo que queremos e implantaremos: el Estado Sindical".

Al parecer, a partir de los años cincuenta se le añadieron estrofas con la musiquilla del "Romance de la Reina Mercedes", donde se contenían alusiones poco respetuosas para los que "querían una corona...".

Punto y aparte merece la canción "El camarada", más conocida por su primer verso completo "Yo tenía un camarada", que se cantó ininterrumpidamente desde los tiempos fundacionales hasta los últimos tiempos de la OJE dependiente de la Delegación. Su origen es el Romanticismo decimonónico alemán [40]. Se cantaron dos versiones españolas, sobre la música y la traducción originales; al parecer el estribillo es propiamente de Juventudes [41]:

"Yo tenía un camarada, entre todos el mejor, siempre juntos caminábamos, siempre juntos avanzábamos al redoble del tambor.

¡Gloria! ¡Gloria! ¡Gloria y Victoria! Con el cuerpo y con el alma, con las armas en la mano, por la Patria.

Nuestros cantos de guerra, el viento los lleva por ahí, en España empieza a amanecer.

Cerca suena una descarga, -Va por ti o va por mi. Y a mis pies cayó herido el amigo más querido en su faz la muerte vi.

(Gloria...!)

El me quiso dar la mano, mientras yo el fusil cargué; Yo le quise dar la vida –Vete con Dios– me decía; por España moriré.

Esta es, con variantes, la versión más popular. Como se ve, los temas que contiene son:

  • Camaradería, hermandad.

  • La muerte como servicio.

  • Amanecer.

  • Lucha, evocación guerrera.

Se cantaba o bien en forma lenta y solemne, o bien en ritmo normal en los actos de Ofrenda a los Caídos, en los Campamentos, ya en posición de "firmes" ya desfilando [42].

El himno de Falange Española –"Cara al Sol"– nutrirá de temas todo el cancionero de Juventudes. En Arriaca se encuentran todas las referencias bibliográficas de su composición; se cantó por primera vez el 2 de febrero de 1936, y este autor lo compara, como himno de masas, a "La Marsellesa" y a "La Internacional" [43] , si bien destaca algunas características originales, que le confieren una personalidad determinada, propia del "estilo" falangista; así, la ausencia de odio o de una pura alusión al "enemigo" (también en esto influirá sobre el Cancionero que nos ocupa). Sus ideas, en orden progresivo, son la novia, la muerte como acto de servicio, los caídos (que montan guardia en los "luceros" y están "presentes" en el afán de los que viven) , el símil de la primavera, y la dualidad victoria-paz. Está lleno de afortunadas metáforas, elemento reconocido por ajenos a la ideología que representa.

El cancionero de las OOJJ, ya en plena guerra, recoge todas las aportaciones que hemos ido señalando, además del repertorio propio de la contienda civil, que será muy importante en los primeros momentos, como las llamadas "Coplas de guerra", estrofas de improvisación constante que llegaron hasta la etapa OJE, o el "Alto, quién vive", de procedencia carlista con retoques para adaptarlo a la simbología falangista. Hubo, además, traducciones y adaptaciones –algunas de ellas poco afortunadas– de himnos y canciones italianas y alemanas, pero la producción propia y original no se detuvo ("Si un camarada falangista", "Flecha y yugo de las JONS", "Somos flechas que siempre llevamos"... etc., etc.); la "Canción del falangista" mantiene el "componente jonsista" y alusiones a la guerra y a José Antonio; fue también muy popular y tuvo la sorprendente variante de ser grabada con voz de tenor en las estrofas, limitándose el coro al estribillo, característica que quien escribe estas líneas no ha podido encontrar en ninguna otra canción.

El himno de las Organizaciones Juveniles, también llamado en los primeros momentos "Canción del Flecha", y posteriormente himno del Frente de Juventudes hasta la extinción de la Delegación en 1977, fue el "Prietas las Filas":

"Prietas las filas recias, marciales, nuestras escuadras van cara al mañana que nos promete Patria, Justicia y Pan.

Mis camaradas fueron a luchar, el gesto alegre y firme el ademán; la vida a España dieron al morir, hoy Grande y Libre nace para mi.

Lánzate al cielo, flecha de España, que un blanco has de encontrar; busca el Imperio que ha de llevarte por cielo, tierra y mar.

Ya las banderas cantan victoria al paso de la paz; y han florecido, rojas y frescas, las rosas en mi haz.

La letra es de J. Villanueva y la música de A. Cabanas; se puede ver a simple vista que recoge, hasta textualmente, palabras del "Cara al Sol", del que se ha dicho que es su "versión infantil" [44].

También se denominó originalmente "Canción del Flecha" a una canción de Agustín de Foxá, con un nuevo elemento de posguerra: el cambio del fusil por "las escuelas y talleres"; surge así el tema de la reconstrucción nacional, presente en varias canciones de la época. El texto primitivo, citado por Sancho Dávila [45], dice así:

¡En pie, Flechas de España; Falange es victoriosa. Dame el fusil, pequeño, que suena ya una clara voz! Para que yo creciera, sobre una Patria hermosa, mis hermanos mayores cayeron cara al sol.

Noble tierra española, juro en tus primaveras que mi mano de niño, cansada de jugar, será ancha, dura y fuerte, para clavar banderas en todas las montañas y alzarlas sobre el mar.

Un día dejaremos la madre y los amigos, cuando la Patria quiera y suene su tambor, y haremos centinela en medio de los trigos para ganar valientes las batallas de Dios.

¡En pie, Flechas de España! ¡Arriba, camaradas! Escuelas y talleres tenemos que fundar en un soto florido, al pie de las espadas, porque en la Patria joven ha amanecido ya.

Nunca se llegó a cantar en el Frente de Juventudes esta modalidad, sino una versión, refundiendo estrofas y versos, más sencilla de aprender y de entonar.

El tema de la posguerra, el de la reconstrucción, vendrá en muchas canciones a partir de este momento; así, en la anónima "Al venir del Campamento", se propone "sembrar paz y amor". Tomás Borrás, como letrista, y Federico Moreno Torroba, como compositor, lanzan el "Himno del Trabajo", que incluye aspectos doctrinales nacionalsindicalistas:

"Con el rumor de la faena, ritmo febril de mi taller, formo el latido que da vida a una nación que vuelve a ser.

Tiendo la vela de aventura, que hay otro mundo que encontrar; siembro la flor junto a la espiga y se hacen besos en mi hogar.

Soy nacionalsindicalista, creo en las leyes del amor, ¡Basta de obrero envenenado y de patrón explotador!

Soy la Falange del trabajo, para que el bien triunfe del mal; soy la alegría y la justicia y soy la España imperial.

Hay, curiosamente, escasas canciones conmemorativas de episodios de la guerra ("Crucero Baleares", "La batalla del Ebro", "Al Pe Pri"...), y no se cantaron excesivamente en comparación con los otros temas; la excepción seria la popular balada del "Alto de los Leones", que se inspira claramente en el "Romance de Castilla en Armas" de Federico de Urrutia [46]

"Los muchachos de Castilla dejaron la mies dorada, y por los caminos blancos se fueron a las montañas"

De la enorme producción de 1940 a 1945 destacaremos tan sólo algunas canciones representativas, empezando por el archiconocido "Montañas Nevadas", himno de montañeros del F. de J. [47]:

La mirada clara, lejos, y la frente levantada, voy por rutas imperiales caminando hacia Dios.

Quiero levantar mi Patria, un inmenso afán me empuja, poesía que promete, exigencia de mi honor.

Montañas nevadas, banderas al viento, el alma tranquila, yo sabré vencer.

Al cielo se alza la firme promesa, hasta las estrellas que encienden mi fe.

José Antonio es mi guía y bendice Dios mi esfuerzo; cinco flechas florecidas quieren alzarse hasta el sol.

Renovando y construyendo, forjaré la nueva historia de la entraña del pasado nace mi Revolución.

Montañas nevadas...

Esta canción puede ser la más representativa de la época. Aparte de la calidad poética de la letra, su "mensaje" generacional podría ser:

  • Relación entre la conducta y el estilo con el tema nacional (honor-alma tranquila- mirada clara, por una parte, y "rutas imperiales" -levantar mi Patria-, afán).

  • Componente jonsista: "de la entraña del pasado nace mi Revolución". "Renovando y construyendo".

  • Componente de posguerra: reconstrucción ("levantar España").

  • "Imperativo poético’ ("poesía que promete", "las estrellas encienden la fe", "las flechas quieren alzarse hasta el sol").

  • Guía en José Antonio.

  • Símil realidad deportiva: "montañas nevadas".

  • Invocación religiosa: "Dios protege mi esfuerzo".

La figura de José Antonio llenará ampliamente el Cancionero juvenil, manteniendo el tema del "ausente", medio como acicate, medio como nostalgia de lo que pudo haber sido y no fue, pero siempre proponiéndolo como modelo o recuerdo.

"Juventud española", "En marcha las Centurias", "Pequeños Arqueros" (esta última de difícil interpretación, escasa letra y exclusiva intención encomiástica hacia la figura de Franco) pertenecen a esta época, pero mantuvieron su popularidad hasta la siguiente, debido a las circunstancias nacionales; también el "Himno de la División Azul", más conocido entre las Centurias juveniles que entre los propios combatientes, al ser una canción conmemorativa [48], contiene estrofas logradas ("Europa rompe albores", "vuelvan por mí el martillo al taller, la hoz al trigal", "con humo de combate yo retornaré"...). "Fidelidad", sobre una música alemana, presentaba la curiosidad de repetir tres veces la estrofa (cantada, silbada, tarareada) sobre un estribillo; anécdota significativa, que recoge Alcocer [49] es la sustitución de la voz "Caudillo", en la versión oficial, por "Falange", en muchas versiones reales.

El tema de la formación y la captación aparece en "Llámame camarada" se considero como "Himno" de las Escuelas de Mandos de las FFJJ de F.:

Cubre tu pecho de azul, español, que hay un hueco en mi escuadra; pon cinco flechas en el corazón, llámame camarada.

Te enseñaré una soberbia canción de amor y de luceros; y marcharé junto a ti en formación por el Campamento.

Ven a mi lado, que allá, en tu tierra, cien camaradas nuevos esperan, para saber par ti, como sabrán por mí, lo que tú y yo aprendemos aquí.

Cubre tu pecho de azul, español, que hay un hueco en mi escuadra; pon cinco flechas en tu corazón, que te llama la Patria.

La letra es de José Manuel Cernuda y la música del Dr. Agustín Paíno Mendicoagne. Las ideas que se contienen en ella son amplias:

  • Sentido de camaradería del falangista juvenil.

  • Escuadrismo.

  • Invitación al servicio.

  • Curso de mando ("lo que tú y yo aprendamos aquí" se enseñará luego a los camaradas "de tu tierra").

El tema de Gibraltar surge también en esta época; constituía la primera "reivindicación" española, como promesa "imperial", aunque no es desencaminado afirmar que también fuera utilizado como "válvula de escape" y recurso fácil por parte de los jerarcas del Régimen. El mencionado Paíno compone también "Gibraltar, Gibraltar" ("Avanzada de nuestra nación..."), quizás la más conseguida. Le seguirían "Nuevo Gibraltar" y "Hay una madre que llora una pena...").

La etapa inmediatamente siguiente es la del final de la II Guerra Mundial y el bloqueo; el tema del Caudillo predomina, como consecuencia, en el cancionero ("Único Capitán", "Tenemos un Caudillo"...). En "Juventudes, juventudes", con letra del propio Elola, se dice que éstas son "de Franco suprema ambición"; la canción tiene gran belleza poética, y, desde el punto de vista del contenido, invoca los grades y universales temas: Cristiandad, Hispanidad, Juventud.

Vuelve el "elemento jonsista" en "A la voz del Capitán" [50] y, sin embargo, no hay alusiones a Franco en el Himno de las Falanges Juveniles que llevaban su nombre: "Marchan las nuevas juventudes", que presenta musicalmente ciertas dificultades por sus cambios de melodía:

Marchan las nuevas juventudes, sueñan con una España en pie , ¡será!; vienen por todos los caminos para traer grandeza y libertad.

Ya la ventura está con nuestra juventud para conseguir su sueño de triunfar, y, entre voces de amor, cantando al caminar.

La Falange en sangre me entregó su historia de guerra y de luz. Vuelven tras el laurel mis pasos al compás.

Así marcharé gozoso de arriesgar la vida cada vez de morir o triunfar.

A la mañana, al caminar, se encienden mis flechas tras el ardiente afán de que la Historia gane por mi fe tiempo de Imperio y luz de Hispanidad.

Y entre canciones, risas y amor, la juventud hará crecer alegres abriles, en que el sol no se vuelva a ocultar.

Ya la aventura está...

Marchan las nuevas juventudes...

¡Gloria! ¡Siempre la Historia es un quehacer de amor!

La letra es de Enrique Llovet y la música del prolífico Juan Tellería. En cuanto al contenido, se ven claros los siguientes temas generales:

  • La juventud es la encargada de la Revolución.

  • Idea del amor como quehacer.

  • Evocación de la Falange primitiva, de la que las FFJJ son la continuidad.

La Academia "José Antonio" tuvo su himno en "El Dardo", con letra del Oficial Instructor poeta Daniel Pato Movilla [51] y música de Enrique Franco Manera; se repite el tema del amor-misión, en la especial tarea del hombre titulado en la Academia:

"El Dardo vivo de un quehacer vuela rebelde y con fe, en limpia trayectoria azul llena de paz, amor y luz.

A La semilla fértil del amor que ha de verte en mi misión entre horizontes de canción, signados de una fe una verdad.

La juventud de España ya siente en su pecho que mi voz rasga la oscuridad. (...)

Ya desde las OOJJ, San Fernando fue proclamado Patrón de las juventudes falangistas; ahora surgirá su Himno ("Al son de una marcha triunfal...") , con el tema del "amor-misión". Como se puede ver, los componentes ideológicos de las canciones van poniendo énfasis en una serie de temas, considerados como esenciales en la educación de la juventud encomendada al Frente de Juventudes; obsérvese también La disonancia entre las consignas de esta juventud y la realidad socio-política española.

A partir de la década de los sesenta, se advierte la sensible evolución ya indicada en el Cancionero, como reflejo de los objetivos más generales, menos ambiciosos y más pragmáticos de la que será denominada "Delegación de Juventudes", con su nueva organización juvenil (OJE) Así, la canción "Pasa la juventud" sigue invocando a ésta, pero de forma menos revolucionaria, aludiendo simplemente a "ser los primeros si empezamos a cantar", "conocer la Patria", "alegres marcharemos", etc. La "Canción del Cid" es una rara avis en este momento, ya que mantiene los temas primitivos, con indicaciones muy claras desde su comienzo con "Despierta, España":

Los Tercios jóvenes de la Falange han rescatado para la heroica empresa los guiones viejos, los imperiales, la Patria y Revolución.

La metáfora de la mies se contiene en esta canción ("el tiempo viene de abrirse al sol las rubias mieses...") , como asimismo en "Caminos de mi España" -con letra de José García Nieto- y otras varias. Muchas son también las canciones de la Organización Juvenil Española, y se cantaron en paridad de oportunidades con las más popularizadas de épocas anteriores ("Montañas nevadas", "Llámame camarada"...) , apareciendo ambos grupos en los Cancioneros editados en la época. "Si madrugan los arqueros", "Vale Quien Sirve", "Amadís" , "Doncel" [52]... son las más conocidas, junto al "Desperta, ferro", que va a introducir el tema y la "mística" almogávar en la OJE:

¡Desperta, ferro, la espada junto al labio! ¡Desperta, ferro, la espada cara al sol! Soy almogávar y soy doncel de España, es mi camino la senda del honor.

Como el acero se forja nuestra estirpe, fuego en el alma y el sol en el mirar; va mantenida mi idea con coraje, marca mi paso mi afán de caminar.

¡Desperta, ferro! , se oye en mi Campamento. !Desperta, ferro!, es mi grito y señal. Soy almogávar, me gusta lo difícil, mi senda pasa siempre por la Polar.

Nuevas escuadras salidas con la aurora alzan sus brazos tendidos hacia el sol. ¡Despierta, España, redobles de Justicia! ¡Despierta, España, a flor de mi canción!

Los temas insisten en lo interno ("forja" como el acero, la difícil senda del honor) y lo externo (España, Justicia); la simbología falangista se mantiene: "cara al sol", "alzan los brazos".

Muy significativa es "Envío", soneto original del poeta Ángel María Pascual, fallecido en la posguerra [53]; la letra es clarísima, con un mensaje apto para la época en que se compuso y, mucho más, para la que se cantó como canción; si entonces podía aplicarse a una minoría que se daba cuenta de lo que iba a ocurrir, ahora casi será el himno de tres generaciones completas [54]:

A ti, fiel camarada, que padeces,
el cerco del olvido atormentado;
a ti, que gimes sin oír al lado
aquella voz segura de otras veces,
te envío mí dolor.

Si desfalleces,
del acoso de todos, y cansado
ves tu afán como un verso malogrado,
bebamos juntos en las mismas heces.

En tu propio solar quedaste fuera,
del orbe de tus sueños hacen criba.
Pero allí donde estés, cree y espera.

El cielo es limpio, y en sus bordes liba
claros vinos de alba Primavera.

Pon tus ojos, arriba, ¡siempre arriba!

Como se ve, el desaliento del joven falangista, que es arrojado de "su propio solar", al que se le rompen todos los sueños, sólo tiene, como única solución, la hermandad en la tristeza y la esperanza en lo que sigue siendo limpio: el cielo. Se cantaba con ritmo lento y con muchos silencios entre conceptos; aparece así el tema de la decepción, que se trataba irónicamente en apartados concretos del Cancionero ("Cuando Falange con rumbo a Rusia partió /... si sé que va a pasar esto/ a mí no me ven por aquí", de la década de los 50).

También en la época de OJE hay un intento por cambiar el ritmo de las canciones, tradicionalmente de paso de marcha; surgirán así la "Canción de la Hermana Mañana", "Canción de la Hermana Lluvia", "Canción del Hermano Fuego" y "Canción de la Hermana Noche", con letras eminentemente poéticas, sin que se omita la aspiración juvenil de España. Se redujo su canto a los Fuegos de Campamento, pero no gozaron de excesiva popularidad; eran Canciones más para ser oídas que para ser cantadas.

En la década de los setenta aún surgirán nuevas canciones ("Si conoces el camino", "Si no puedes tú solo", etc.) [55], que no alcanzaron tampoco mucha popularidad, ya que las Unidades de OJE seguían cantando las primitivas canciones del principio de los sesenta y las tradicionales de las Falanges Juveniles, el empecinamiento era, más bien, en esta época, rebeldía o nostalgia.

La Delegación Nacional de la Juventud pone en circulación, en 1975, dos canciones de letra -en mi opinión- muy significativas; su ritmo es moderno, alejado de redobles de tambor. Se trata de "Nunca estaremos solos si cantamos" y "En las calles de cualquier ciudad"; evidentemente, no eran para ser cantadas en desfiles, no con aires triunfales [56]:

"Nunca estaremos solos si cantamos, jamás cantaron bien voces cansadas, juntemos hoy las nuestras reposadas, que es hora de saber a dónde vamos.

Debemos siempre ver nuestros veranos con esta luz que nunca olvidaremos, la luz siempre es la misma, no cambiemos, que es hora de saber a dónde vamos. "

El "que es hora de saber a dónde vamos" formulado en 1975 no deja de tener su ingenuo encanto; ahora bien, "la luz siempre es la misma, no cambiemos", pretende quizás mantener la esperanza y la difícil unidad. Esperanza que se convierte en consigna:

"No ha de tardar el día que esperamos, el día que entre todos alumbraremos, cuando entre tanto sol nos encontremos"

Desde el punto de vista poético, hay una alusión a los versos inmortales de Ronsard y Garcilaso, en la tercera estrofa ("Vendremos a estos pueblos que hoy pisamos! a recoger más viejos nuestras rosas...") de gran belleza formal.

Más sintomática es, aun, la letra de la otra canción:

"No temamos porque el invierno nos separe con frialdad, ya sabremos reconocernos en las calles de cualquier ciudad.

Nuestras señas están bien claras, no nos podemos equivocar; que se note en nuestras caras la fuerza que da la lealtad.

No temamos que al apagarse nuestro cielo azul no brille más, despedirse no es separarse, cuando hay fe es juntarse un poco mas.

Cuando duelan tantos caminos, sangres nuevas nos ayudarán a empujarnos hacia el destino, nuestras voces siempre cantarán. (. ..) "

Al igual que la anterior, una letra aparentemente incolora nos está transmitiendo un "mensaje" de indudable contenido ideológico: "invierno", "frialdad", "lealtad", "apagarse... el cielo azul", "sangres nuevas", etc. ¿A quién iban dirigidas estas canciones? En 1975-76, la Delegación de la Juventud había alcanzado su mayor cima de neutralidad política, adquiriendo un aspecto funcional técnico como nunca lo había tenido; la propia Organización Juvenil Española adoptaba un camino despolitizado evidente [57]. Parece un mensaje destinado, crípticamente, a quienes van a experimentar la transición política en el naufragio de sus ilusiones.


VI. CONCLUSIONES PROVISIONALES DEL CAPITULO

  1. El Frente de Juventudes, especialmente sus organizaciones voluntarias, desarrolló abundantemente una "pedagogía de la canción", tanto en sus contenidos como en su didáctica, dándole una intencionalidad de transmisión de ideas y, a la vez, instrumenta como vehículo de unidad y disciplina personal y grupal.

  2. Se entendió, así, la canción, como medio pedagógico, y no meramente accesorio sino esencial, dándole un papel destacado en todos los Planes de Formación.

  3. La elaboración de canciones fue constante, desde los primeros tiempos de las OOJJ hasta el desmantelamiento de la Delegación de la Juventud. Ello ha dejado un cancionero muy abundante. Se destacan canciones de gran belleza musical y contenido poético.

  4. La intencionalidad es, fundamentalmente, nacional e ideológica, según los propios fines de la Institución. Junto a las canciones propias o "de marcha" existe también un amplio repertorio popular, regional, recreativo y juvenil.

  5. Las canciones de mensaje ideológico –"marchas"– tienen un contenido inequívocamente nacionalsindicalista, con los elementos yuxtapuestos ya indicados al estudiar el marco ideológico del Frente de Juventudes.

  6. Las características formales del Cancionero de Juventudes serían:

  • Predominio del ritmo de paso de marcha, propio de canciones de desfile, acorde con la tónica castrense.

  • Algunas "marchas lentas", de aire solemne.

  • Asimismo, bastantes canciones de "animación", propias de Fuegos de Campamento o de momentos de diversión o relajamiento.

  • Rescate del folklore popular de todas las regiones españolas.

  • En la etapa OJE, aparecen canciones en que ha desaparecido el ritmo militar, más asimiladas al aire de una canción "scout", si bien los contenidos son los propios de Juventudes.

  • Tardía aparición de canciones de "ritmo moderno".

  1. Las características de contenido serian:

  • Mensajes de tipo nacional e ideológico falangista, adaptados a cada circunstancia política.

  • Se observan bloques de contenido, según las épocas ("elemento jonsista", "tema de la reconstrucción nacional", "Caudillo", etc.).

  • Existen unas constantes a lo largo de las diferentes etapas, que pueden centrarse en el estilo propio, las virtudes humanas del joven afiliado, España, la preocupación por la Justicia y la idea de cohesión y unidad.

 

NOTAS

  • [1] H. Manuel Rodríguez. CANCIONERO JUVENIL. 1947 (1ª Ed.).(Pág. 11).

  • [2] Idem.

  • [3] Césareo Jarabo Jordán. LOS CAMPAMENTOS DEL FRENTE DE JUVENTUDES. Tesina de Licenciatura. Barcelona. (Pág. 114).

  • [4] Idem.

  • [5] José de Arriaca. CANCIONERO DE JUVENTUDES. Ed. Doncel. 1967.

  • [6] Citado por C. Jarabo. Ob. cit. (Pág: 114).

  • [7] A alguno de estos cancioneros he tenido acceso por gentileza de personas entrevistadas, y me han sido mostrados con la reverencia del que maneja un incunable.

  • [8] Sancho Dávila. Ob. cit. (Págs. 143-144).

  • [9] Boletín del Movimiento. N2 8. 15-11-37. Citado por Sáez Marín en "Frente de Juventudes Políticas de Juventud para la España de la posguerra" (Pág. 41).

  • [10] Sancho Dávila. Ob. cit. (Pág. 187).

  • [11] Instrucción de 20-2-42. Bol. del Movimiento nº 140.

  • [12] MANUAL DEL JEFE DE CENTURIA. (Pág. 421).

  • [13] MANUAL DE CAMPAMENTOS. 1945. (Pág. 223).

  • [14] TRATO SOCIAL. FLECHAS. 1955.

  • [15] Verso textual de la canción "Juventudes, juventudes", cuya letra es de José Antonio Elola-Olaso. (Cancionero citado de 1947. Página 137).

  • [16] TRATO SOCIAL FLECHAS. (Pág. 87).

  • [17] Idem, y TRATO SOCIAL CADETES. (Pág. 87).

  • [18] Plan de Formación OJE. 1964. Ed, Doncel (Pág. 92).

  • [19] Idem. (Pág. 94).

  • [20] Alfonso Ferrer. MI CAMPAMENTO. Ed. Doncel. (Pág. 101).

  • [21] Arriaca. Ob. cit. (Pág. 13).

  • [22] Idem. (Pág. 9)

  • [23] Idem. (Pág. 10).

  • [24] E. de Aguinaga. "Arriba" 30-5-50. Citado por Arriaca. (Pág. 10).

  • [25] José Luis Alcocer. RADIOGRAFIA DE UN FRAUDE. (Pág. 169).

  • [26] Idem. (Pág. 197).

  • [27] Arriaca. Ob. cit. (Pág. 10).

  • [28] Fernando Soto Campos. Artículo "Canciones" en revista "Mástil" de junio de 1969. Pág. 37 a 40. También GRADO-CADETES (1973) Págs.

  • 79-83.

  • [29] Idem.

  • [30] GRADO-CADETES. OJE 1973. (Pág. 80).

  • [31] Pilar Primo de Rivera, en el prólogo del Cancionero de la Sección Femenina de 1953, dice: "Cuando se unan cincuenta o sesenta mil personas para cantar una misma canción, entonces si que habremos conseguido la unidad entre los hombres y entre las tierras de España".

  • [32] Los títulos y contenidos de canciones más conocidas, así como su catalogación, se han ido señalando o por su situación en Cancioneros que los agrupan por temas (véase el de 1947, por ejemplo) o por indicaciones de personas entrevistadas.

  • [33] Cesario Jarabo. Tesina citada. (Pág. 129).

  • [34] Felipe Ximénez de Sandoval. BIOGRAFIA APASIONADA DE JOSE ANTONIO. 4ª ed. Ed. Bullón. 1963. (Págs. 192-193).

  • [35] Arriaca. Ob. cit. (Págs. 19 a 34).

  • [36] Según CANCIONERO OJE 1962 y "Marchas y Montañismo" de 1943. Citado también en "LA ESPAÑA DE AYER" de Víctor Fragoso del Toro (ed. de 1955. Tomo 1. Págs. 375-376) y por David Jato en LA REBELIÓN DE LOS ESTUDIANTES. Ed. de 1968. (Pág 181).

  • [37] Arriaca. Ob. cit. (Pág. 23).

  • [38] Idem. (Pág. 26).

  • [39] Ximenez de Sandoval. Ob. cit. (Pág. 399).

  • [40] Música de F. Silcher (1825) y letra de Johann Ludwig Uhland (1787- 1862). Citado por Arriaca. (Págs. 26 y 27).

  • [41] Indudablemente, Federico de Urrutia se inspira en esta canción para su "Balada de los Cuatro Camaradas" (POEMAS DE LA FALANGE ETERNA. Ed. Aldus. 1938. Págs. 13 y 14.

  • [42] Explicación en entrevistas sostenidas.

  • [43] Arriaca. (Pág. 28).

  • [44] Idem. (Pág. 74).

  • [45] Sancho Dávila. Ob. cit. (Pág. 173).

  • [46] F. de Urrutia. Ob. cit. (Págs. 27 a la 30).

  • [47] Letra de Pilar García Noreña y música de Enrique Franco Manera. (Arriaca).

  • [48] Según José L. Alcocer (Ob. cit. Pág: 170) no era conocido por la mayoría de los combatientes de esta Unidad, y añade: "Una cosa que no dejaba de llamarnos la atención era la diferencia existente entre nuestra proclividad hacia las canciones –la de los afiliados a las FFJJ– y la nula sensibilidad que hacia ellas tenían los mayores".

  • [49] José L. Alcocer. Ob. oit. (Pág. 184).

  • [50] Letra del catedrático Alonso del Real y música de Tellería (Arriaca).

  • [51] En 1976 escribe "HOMENAJE AL RECUERDO", librillo de poemas que viene a ser el testamento poético de la organización. (Editado en Valladolid por la Delegación de la Juventud).

  • [52] Los nombres de Francisco Riego Gómez, Adriano Gómez Molina, en la letra, y Marciano Cuesta Polo, en la música, se repiten en esta época en muchas canciones (Arriaca).

  • [53] Ver "ESCRITORES FALANGISTAS" ( II Tomo). Pág. 67. Javier Onrubia Revuelta. Ed. Fondo de Estudios Sociales. Madrid 1982.

  • [54] La OJE posterior a 1976 lo ha asumido como himno, en sustitución del "Prietas las Filas". (Entrevistas).

  • [55] Revista "Mástil" de octubre de 1970. (Págs. 28 y 29)

  • [56] Letra y música de Juan Darnal. Editado por Doncel. CJ/1007. 1975.

  • [57] Por esta época se suprime la camisa azul en los grados mayores y se "podan" las crucetas de los mástiles campamentales, para que, en lugar de las tres banderas habituales (Nacional, Falangista, Requeté) , icen sólo la nacional. (Entrevistas)

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