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Números de la revista:
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EL RASTRO SIGUE... El 1 de enero del 2001 apareció “Rastro de la Historia”, una revista de historia contemporánea (más o menos), que tenía el designio de aparecer trimestralmente. En lo que hace a puntualidad, el propósito no se pudo cumplir, pero sí tuvo cierta fortuna en cuanto a afluencia de escritos, interés y originalidad de los temas o, por lo menos, eso parece deducirse de quienes en ella se han interesado e interesan: bastantes tirando a muchos, aunque no sean muchísimos, que tampoco conviene exagerar. Catorce números llegaron a instalarse en la Red y allí están: puede accederse a ellos mediante los índices general y temático que figuran en el margen de esta misma página. Tras un paro técnico, quienes acometieron aquel empeño han reanudado sus tareas, ahora en una bitácora, http://rastroria.blogia.com , a la que puede llegar en dicha dirección, como desde ella se puede también llegar a esta misma página, mediante un enlace. Diciembre del 2007. Pincha aquí para seguir nuestro Rastro...
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¡Ha salido Rastro, revista de Historia contemporánea (más o menos) trimestral, restringida y gratuita!
Cada tres meses, si Dios quiere y el espacio de la red nos lo permite, tendrás esta humilde revista de Historia que como única pretensión lleva el dar a la luz temas de casi imposible aparición en las revistas al uso, políticamente correctas, culturalmente correctas.
El esfuerzo parte de tres viejos conocidos, titiriteros de mil batallas, alguno todavía con ganas de juerga y los otros prejubilados después de tanta derrota en procelosos mares inabarcables, y de tantos naufragios. Aprendieron -aprendimos- que los inútiles para la batalla construían romances o leyendas o armas. Homero o Hefaístos ¡qué más da!.
En esta singladura os convocamos para que experiencias con sabor histórico, vividas u oídas, textos de juventud o de senectud con gustillo histórico, antropológico o sociológico, leyendas y decires nos los hagáis llegar para darles, desde este inmenso tendedero de bragas que es Internet, el lustre que les corresponda. ¡Qué el viento y el sol de esta terraza del éter aireen y relumbren vuestras colaboraciones.
1 de enero del 2000.
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